“Lleva tu mirada hacia el interior desde un lugar de calma y quietud”
Nuestro cuerpo es la herramienta gracias a la cual nos movemos. Pero para realizar dicho movimiento intervienen muchas estructuras, perfectamente coordinadas que requieren un cierto estado de equilibrio para desarrollar mejor sus diferentes funciones. Sabemos que el sedentarismo y sobre todo el estrés influyen, en la mayoría de los casos, de forma negativa sobre estas estructuras.
Las diferentes tensiones que nos genera el día a día provocan en los tejidos micro lesiones que sobre todo afectan a la fascia. Esta estructura de tejido conectivo es la encargada de unir y compartimentar todo el interior de nuestro organismo, envuelve músculos, nervios, vasos sanguíneos, órganos, etc. La alteración de la fascia repercute directa o indirectamente en el estado de las estructuras anteriormente mencionadas y en su funcionamiento.
Una de las formas de mejorar el estado de la fascia y de todas las estructuras que envuelven es, sin duda, el YIN YOGA.
La práctica de Yin incide principalmente en la fascia. Para que esta se encuentre en buenas condiciones debe mantenerse húmeda. Con el tiempo y la falta de movimiento la fascia pierde agua, se va secando y eso hace que perdamos flexibilidad y movimiento. Este estilo de yoga nos permite flexibilizar tendones, ligamentos y articulaciones de una manera intensa y profunda.
El Yin Yoga es una práctica de yoga que a diferencia de otros estilos se basa en la ausencia de movimiento. A través de esta quietud se trabaja profundamente a nivel físico, mental, emocional y energético. A diferencia de la práctica dinámica (YANG), que se basa en el movimiento y en la que es necesario activar la musculatura y mantener una correcta alineación para proteger las articulaciones, en la práctica YIN en una vez hemos entrado en la postura y conseguido un estiramiento suave, la musculatura permanece relajada para que el trabajo llegue directamente a la articulación.
En el Yin las posturas se mantienen entre 3 y 5 minutos, en las que se trabaja con la respiración, desde el silencio y la observación interna, por lo que se podría decir que cada postura es una pequeña meditación.
Se puede practicar buscando el estiramiento suave por zonas del cuerpo, siendo éste un trabajo muy efectivo, pero se puede ir un poco más allá y trabajar siguiendo la teoría de los 5 elementos de la Medicina Tradicional China, a través de meridianos, que son canales por donde circula la energía. Esta teoría se basa en la capacidad de observación y la unión con la naturaleza, todo tiene su parte Yin y su parte Yang, todo tiene sus ciclos (el día, el año, la vida). Cada estación del año se vincula con un elemento de la naturaleza. Cada elemento se rige por un par de meridianos que a su vez se relacionan con diferentes órganos y vísceras. Por ejemplo, el otoño se relaciona con el metal y este está formando por lo meridianos de pulmón e intestino grueso.
Todos los órganos internos tienen aspectos físicos, energéticos y mentales. Si se encuentran débiles y faltos de energía, nuestras emociones y estados mentales también sufrirán. Y viceversa: si nuestras emociones o estados mentales están desequilibrados, podemos llegar a enfermarnos físicamente o sentirnos agotados.
QUE NOS APORTA EL YIN YOGA
A nivel físico:
- Ayuda a recuperar y ampliar el rango de movimiento de las articulaciones.
- Relaja el Sistema Nervioso Central consiguiendo calmar la mente.
- Aporta sangre nueva y oxígeno a los tejidos conectivos, lo que ayuda a rejuvenecer y mantener nuestro organismo en buenas condiciones.
A nivel mental y emocional:
- Aumenta la capacidad de observación. Observar sin juzgar.
- Ayuda a tomar a conciencia de la relación entre cuerpo-mente-emoción.
- Nos ayuda a soltar resistencias emocionales.
A nivel energético:
-Estimula el flujo de energía vital (Prana o Chi) que fluye por nuestro cuerpo.
El Yin Yoga es una práctica de quietud por lo que a priori puede no gustar a todo el mundo. Algunas personas presentan reticencias a permanecer quietos, pero es un límite que nos pone nuestra propia mente. El Yin es un trabajo muy interesante para personas nerviosas o con ansiedad.
En definitiva, se puede considerar el Yin Yoga como una práctica regeneradora a nivel físico, pero también mental. Nos ayuda a equilibrar nuestro ritmo vital, que suele estar bastante acelerado y da la oportunidad al cuerpo de abrir, suavizar y dejar tensiones sin necesidad de invertir mucha energía, desde un espacio de calma y quietud. Nos da herramientas para relajarnos a nivel profundo, preparando el cuerpo y la mente para la meditación.
Nos enseña a dejarnos ir, a abrirnos, a regalar a nuestro cuerpo este tiempo que parece que no tenemos, pero que está ahí, sólo es cuestión de prioridades.
Permítete ser tu prioridad.
Namasté
Sonia Rodrigo
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