top of page
Buscar

El yoga más allá del ejercicio físico

Yo ya hago deporte, ¿para que voy a hacer yoga?


Porque el yoga no es un deporte. Si practicas yoga únicamente como un ejercicio físico, está bien, pero te estas perdiendo el 90% de su potencial. En sus inicios el objetivo del yoga era liberar el cuerpo y preparar la mente para la meditación. Durante muchos años la ciencia separaba lo que ocurría en la mente y lo que sucedía en el cuerpo, ahora la neurociencia vuelve a relacionar mente y cuerpo, y determina que lo que ocurre en nuestra mente tiene su reflejo en el cuerpo.


Cuanto más tiempo lleves en estado de preocupación, estrés o ansiedad más cerrado y rígido estará tu cuerpo. ¿y cómo se manifiesta el estrés y la ansiedad en el cuerpo?


Ante una sensación de peligro pueden surgir 3 respuestas. Lucha, huida o inmovilización (esta suele ser una respuesta extrema de peligro). Y estas respuestas se manifiestan en el cuerpo a través de:


· Mirada focalizada

· Musculatura facial contraída

· Boca seca

· Sensación de nudo en la garganta o en el estómago

· Suelo pélvico activo

· Palpitaciones

· Pulmones se activan, respiran más rápido y superficial

· Diafragma y estómago se contraen

· Tensión muscular en trapecios o caderas

· Sistema inmune baja



Cuando mantenemos un estado o sensación de estrés durante mucho tiempo, el cuerpo se agota, el sistema inmune se mantiene bajo, aparece insomnio, migraña, dolor persistente, colon irritable, etc.


Ese estrés mantenido puedo venir por varias razones, pero la más habituales son emociones mal gestionadas o por exceso de carga. Y ante estas situaciones, nuestra mente nos dice cosas como: tengo que poder con todo, soy débil, valgo menos que los demás, soy miedosa, soy insegura… Y nos lo repite tanto que nos lo acabamos creyendo, y nos lo creemos tanto que nuestros cuerpos empiezan a cerrarse, los hombros caen hacia delante, las caderas se cierran, los músculos de la espalda se vuelven rígidos y adoptamos posturas de protección.


Tú no eres tu dolor, ni tu inseguridad, ni tu falta de confianza, ni tu enfermedad. Pero a veces nos focalizamos tanto en pensar, en analizar sobre eso negativo que nos pasa, que al final nos identificamos con eso, hasta que eso cubre todas las facetas de nuestra vida.


Si el cuerpo está tenso, la respiración está bloqueada o demasiado acelerada, la postura corporal está desequilibrada y las emociones que sentiremos seguirán siendo desagradables.


A través del cuerpo podemos llegar a emociones agradables, como seguridad, tranquilidad, apertura, confianza. Podemos llegar a ellas trabajando a través de las asanas, liberando ciertas partes del cuerpo, diafragma, psoas, cadera, pecho, etc. Todo esto genera una sensación interna que manda información al sistema nervioso, diciéndole que todo está bien, que nos encontramos en seguridad. Esa sensación de seguridad va cobrando cada vez más espacio dentro de nosotras, dejando menos espacio al dolor, la inseguridad, la falta de autoestima, la falta de confianza y permitiendo que cada vez haya más espacio para lo bueno.


Relajar y abrir el cuerpo físico, nos lleva de nuevo a sentir la seguridad en nosotras mismas. Una seguridad que siempre estaba ahí, pero que necesitaba quitarse capas de control y rigidez. La seguridad en una misma aparece cuando se activa el sistema parasimpático (el de la calma) y se liberan las zonas corporales donde guardábamos emociones reprimidas, silencios, bloqueos...


Si, por ejemplo, trabajas posturas de apertura de cadera buscando flexibilizarla sin poner conciencia en la respiración, el trabajo es incompleto, y no sirve de mucho. Si el sistema nervioso no tiene el control de toda la postura, va a bloquear el acceso a esos grados extras de movilidad, donde no se siente seguro.




El sistema nervioso quiere mantenernos a salvo, detectar posibles amenazas y mantenernos con vida. Es un sistema que necesita tenerlo todo controlado. Acceder a un amplio rango de movimiento puede ser leído por tu sistema nervioso como una amenaza. Es por eso que en los trabajos de flexibilidad es muy importante la respiración. Trabajando la respiración le mandamos un mensaje de tranquilidad: Tranquilo, no temas, lo tengo todo bajo control.


Para ampliar la movilidad y ganar flexibilidad de manera sostenible en el tiempo tu sistema nervioso tiene que estar de acuerdo, y se tienen que liberar las emociones estancadas en esa zona. Y para eso, el yoga es una muy buena herramienta, porque incluye el trabajo físico mediante las posturas, que junto con la respiración, la conciencia, la escucha y muchas dosis de paciencia, nos permite liberar y soltar emociones. Y al hacerlo, el cuerpo también se libera, generando espacios que permanecían cerrado.



Las asanas que trabajamos en la práctica están enfocadas a abrir espacios en el cuerpo, esos espacios que hemos ido cerrando por falta de ejercicio, por malas posiciones y por emociones no gestionadas. Trabajando extensiones, flexiones de columna, aperturas de pecho, cadera, posturas invertidas, a menudo obligamos al cuerpo y a la mente a salir de su zona de confort y eso nos ofrece además de generar espacio en el cuerpo la posibilidad de liberar emociones.







Con la práctica regular de yoga mejoramos nuestra postura y mantener una postura erguida, sin tensión, envía un mensaje de calma y seguridad a nuestro cerebro. Podemos ayudarnos a regular nuestro estado emocional a través de la colocación de nuestro cuerpo y el yoga nos ofrece la oportunidad de conocer y conectar con él de manera mucho más consciente.


Con la práctica el cuerpo se beneficia del movimiento y la mente se beneficia de la quietud , y el equilibrio entre el cuerpo y la mente nos permite sentir y aceptar nuestras emociones de una manera más saludable.


Namasté

Love and light


Sonia Rodrigo









92 visualizaciones4 comentarios
bottom of page