"Lo único constante es el cambio". Buda
Si hay algo que es realmente permanente en la vida es la impermanencia. En estos días que nos están tocando vivir, nos damos cuenta de que frágil es nuestra zona de confort.
Nada en esta vida permanece estable. Todo va transformándose, incluso nosotros por mucho que nos empeñemos en vernos como algo permanente o duradero. Las experiencias, buenas y malas, van moldeando nuestra forma de pensar y evolucionar. Muchas gente siente miedo o se bloquea ante los situaciones nuevas, especialmente si no son elegidas, pero lo que nos hace sufrir no son los cambios sino la resistencia a ellos, la resistencia a la realidad. Si consigues no poner resistencia serás capaz de ver y apreciar las cosas bonitas que traen los cambios y despedir con gratitud a lo que se va. Aunque soltar objetos, apegos, emociones, sentimientos y sobre todo personas sea muchas veces complicado.
Convivir con la incertidumbre no es fácil. Requiere de una actitud abierta frente a la vida, de confianza. Cuando se consigue nos permite vivir ligeros, sin mochilas llenas de pasado ni proyecciones de futuro, disfrutar de cada instante como si fuera único e irrepetible.
El yoga nos enseña a estar presentes en el momento. Nos conecta con la intuición y con la escucha interna y nos ayuda a vivir de manera más plena. Fluir con la vida, dejando que esta nos sorprenda.
“No siempre controlamos lo que nos sucede, pero siempre controlamos como interpretamos lo que nos sucede y como respondemos a ello.
Si tomáramos conciencia real de la muerte, más brillante se volvería nuestra vida y más disfrutaríamos de todos los momentos. Y sobre todo viviríamos sin miedo, que es como vivimos.” Mark Manson
Existe un concepto filosófico llamado PARINAMAVADA basado en la comprensión de que el cambio es una parte inherente de la existencia. Una vez aceptamos que el cambio es constante, lo importante es formar parte conscientemente de esos cambios que se están produciendo.
Hemos de aprender a observar y permitir que lo que ha de suceder, suceda. Nuestro poder reside en reconocer donde estamos y progresar desde ahí (aplicable a la vida y al yoga).
Cuando es momento de hacer un cambio, todo se conjura para crear circunstancias tan incómodas que no te queda otra elección que salir de donde estás. Cuando no estamos felices en una situación, a menudo nos quedamos en una fase de negación tratando de hacer que todo funcione, nos aferramos a algo que ya no está disponible, por lealtad o fidelidad a algo que ya no existe. Ante los momentos de incertidumbre y cambio tienes la opción de aprender y crecer o de estancarte. Tú decides.
Creemos que lo que tenemos va a formar parte de nuestra vida siempre, cuando en realidad nos sirve para un momento o etapa de la vida. Debemos aprender a disfrutar de las personas y situaciones que nos hacen felices ahora, nunca sabes cuando van a dejar de estar ahí. Valora lo que tienes y cuando sea necesario deja ir sin apego, miedo o culpa. Nada se mueve o desaparece hasta que aprendemos lo que nos ha venido a enseñar.
La situación que actualmente nos está tocando vivir debería colocarnos en una posición de humildad. Una posición en la que replantearnos cosas, que en el día a día damos por hechas, ya que vivimos inmersos en una rutina constante. Nuestra vida en la mayoría de los casos es una sucesión de días iguales. Días en los que no damos importancia a los pequeños gestos o situaciones que ahora se nos niegan. Abrazos, charlas, besos, incluso discusiones con amigos, familia y conocidos que ahora no tenemos cerca. Días, también, en los que aceptamos situaciones que nos molestan pero que no somos capaces de cortar. Quizás este parón nos ayude a poner las cosas en su sitio, valorar lo que nos hace sentir bien y decir adiós a lo que no. Lo ideal sería tomar esas decisiones para mejorar nuestra vida dibujando una sonrisa, porque una sonrisa cambia la mirada hacia el mundo y nos ayuda a sostener esos cambios.
Sea como sea deja que sea tu corazón el que te guíe en la vida.
Mucho amor y mucha luz
Love and light
Namasté
Sonia Rodrigo
Precioso texto y muy cierto. Si realmente tuviéramos interiorizado el cambio como la evolución natural de la vida y los procesos, aceptaríamos mucho mejor cualquier cosa que nos fuera pasando, elegida o impuesta externamente, y acabaríamos viéndolas todas, o casi todas, como positivas.
En el cambio está la evolución.