Este San Juan me he ido de retiro, no para trabajar, si no para vivirlo desde el otro lado, para simplemente ser y hacer sin obligaciones. Y ha sido un regalo para mí. He vuelto con una sensación interna de calma como no he tenido nunca, y que sigo manteniendo después de 2 semanas. Es algo que percibo como profundo y asentado, y eso no quiere decir, que se vaya a sostener así siempre, pero sí que sembrar pequeñas semillas, hace que tengas más herramientas para encontrar ese estado cuando más lo necesites. Esa sensación no viene solo de pasar un fin de semana de retiro, viene de un proceso largo de búsqueda, de trabajo interno, de mucha práctica de yoga, de aprender a escucharme, de cambiar como relacionarme con los demás, de escoger con la mano en el corazón lo que me hace bien y de eliminar lo que no sirve o hace daño.
Cuando yo empecé a practicar yoga, escuchaba a la gente decir que el yoga les había cambiado, les había transformado la vida, y me costaba creerlo, porque sí que al salir de clase me sentía bien, si que mi cuerpo iba ganando flexibilidad, pero no veía esa transformación profunda que algunos decían.
Pero toda transformación necesita su proceso, para algunos es largo, para otros es más rápido. Las transformaciones y los cambios no son fáciles, requieren mucha constancia.
Justo estos días me han llegado dos mensajes de dos alumnas, en los que una hablaba del proceso de cambio que está viviendo con la práctica (lo comparto más abajo, con su permiso) y la otra me hablaba de la frustración y me decía, que había salido muy frustrada de su última clase, porque sentía que no le hacía bien ninguna de las posturas. El yoga no es simplemente un ejercicio físico, es mucho más. Es una herramienta de autoconocimiento. La frustración surge a menudo en la práctica, porque tenemos prisa por conseguir un fin (hacer postura concreta) o porque nos comparamos con los demás. Nuestro cuerpo y nuestra mente están ligados, nuestro estado mental se va a ver reflejado en como trabaja nuestro cuerpo.
Transitar esos momentos de frustración con suavidad, con cariño y con amor forma parte del camino del yoga, el camino de la transformación. Trátate en esos momentos como tratarías a la persona que más quieres del mundo.
La frustración y la falta de resultados nos lleva a menudo de dejar de un lado la práctica. Pero la magia consiste en transitar la adversidad, y en esos días que sientes que no avanzas, simplemente date el permiso de respirar, suavizar y dejar ir, porque en esos momentos también estamos aprendiendo. Aprender que nada en la vida es lineal, que tiene sus subidas, sus bajadas, y sus recovecos.
¿Cuántas veces has escuchado o incluso has dicho, yo no puedo meditar o hacer yoga porque me agobio, me estreso? ¿Sabes que es lo que realmente te estresa y te agobia? Estar contigo sin nadie más, escucharte, sentirte, observar lo bueno y lo no tan bueno que hay en ti. Meditar o practicar yoga, te coloca delante de un espejo que solo refleja tu imagen. No hay nadie más que tu, sin máscaras. Y eso da miedo.
Sanar no es lineal. Para sanar es necesario dejar de huir, de anestesiar y aprender a darnos espacios de escucha, aunque no nos guste lo que aparece ese espacio.
Lo único que podrá llenarte de paz es el trabajo que hagas por ti cada día, tal vez al principio te cueste y seguro que habrá días que no te apetezca, momentos donde surjan la rabia, la frustración, la tristeza, pero si sostienes ese trabajo, la sensación de plenitud es tan increíble que jamás querrás abandonar el trabajo de mejorarte a ti misma.
Sanar es no negarte la tristeza cuando vine a visitarte. Es respirar eso que no te gusta y darte espacio para entenderlo. Es reconocer que tienes miedo, pero aun así seguir adelante. Nada se cura si no se vive, si no se traspasa. Pasar de puntillas alrededor no sirve para curar, sirve para tapar y ocultar. Cambiar patrones y cerrar ciclos puede ser doloroso, pero es necesario en el proceso de transformación. En los momentos difíciles confía en ti, respira hondo y sigue adelante.
Date la oportunidad de recrearte todos los días. La historia se cambia empezando por tus pensamientos y traduciéndolos a tu comportamiento. Si algo no te gusta cámbialo, no te quedes en “el yo soy así”, que es la excusa de los que están viviendo en la falsa zona de confort. Aprende a decir no. Elige quererte, respetarte, no perderte, ni dejar de escucharte y mucho menos cambiarte para agradar a los demás.
Eres poderosa cuando decides darte tiempo y paciencia para escucharte y sentirte. Todo cambia cuando tu cambias.
Cuando cambias de perspectiva, de pensamientos, de creencias. Todo se convierte en un lugar mejor.
Todo cambia cuando comprendes que no puedes vivir una vida constructiva si vives destruyéndote constantemente.
Quererte es escucharte, es aceptarte.
Acéptate con miedos, errores y virtudes.
Abraza tus heridas como victorias de batalla y se amable contigo, pero no condescendiente.
Y llénate de amor propio para construirte como quieras ser.
Namasté
Love and light
Sonia Rodrigo
Que bonitas palabras… tengo mucho camino que recorrer cogida de tu mano, con constancia y tesón lo conseguiré
GRACIAS 😊
Ciertamente la salida está hacia dentro, la salida está en nosotras mismas, y tú, Sonia, nos ayudas a encontrarla.
Gracias por todos y cada uno de tus consejos y de tus enseñanzas.
Muy cierto Sonia… en los momentos más difíciles, aún más, hay que mirar hacia adentro y quererse incondicionalmente. Gracias por tus palabras!! Y por todo lo que haces en las clases :)
Definitivamente sanar no es lineal y escuchar lo que nuestro cuerpo y mente nos dice es la manera de tomar conciencia y ser consecuentes con esto. Gracias a ti y a tus maravillosas clases conecto mucho más conmigo y me conozco cada día más.
Amor y luz para ti.