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Pies descalzos

“Cuando percibimos que una pequeña acción en un dedo del pie modifica íntegramente un asana, estamos descubriendo la interconexión del microcosmos con el todo, y podemos comprender la plenitud orgánica de la estructura universal” B.K.S. Iyengar



El pie humano es una verdadera obra arquitectónica de la naturaleza, una combinación perfecta de fisiología y mecánica. Es una estructura anatómica complicada, formada por 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 tendones, músculos y ligamentos.


Pasamos muchas horas con los pies encerrados en zapatos, limitando estos la movilidad de las estructuras del pie, lo que conlleva que las articulaciones no puedan realizar de manera fisiológica algunos movimientos, los músculos no trabajen correctamente y la sangre circule con mayor dificultad, lo que facilita la formación de edemas y venas varicosas. La mejor manera de activar nuestros pies sería caminar descalzos, pero no todos tenemos la posibilidad de hacerlo de manera habitual.


Durante la práctica de yoga, en las posturas de pie como guerreros, equilibrios y prasaritas (ver fotos), estos se fortalecen, ya que en todas ellas, deben estar firmemente apoyados en el suelo ejerciendo presión contra él. De esta manera, además de dar fuerza y movilidad al pie y especialmente a los dedos (que en su día a día sufren por ir apretados en los zapatos y pueden llegar a deformarse), fortalecemos y flexibilizamos los músculos, tendones y ligamentos de pie y tobillo, lo que nos ayuda a mejorar la propiocepción mejorando así la respuesta de nuestro sistema articular ante posibles torceduras.






Practicar descalzos nos permite presionar de manera más consciente con todo el pie sobre la esterilla, lo que nos ayuda a sentir como al ejercer esa presión se activan los músculos de las piernas e incluso la musculatura del suelo pélvico.


Por eso practicar yoga descalzo no es ni una moda ni un capricho del profesor. Trabajar “sin envoltorio” permitirá que tus pies se muevan con libertad. Es posible incluso que con la práctica de yoga aumentes de talla de pie.



Beneficios de practicar descalzos:


· Permite una mejor alineación corporal.


· Aumenta tu propiocepción (sentido que informa al organismo de la posición de nuestros músculos y articulaciones), mejora el equilibrio y la conciencia corporal.


· Fortalece y flexibiliza tus articulaciones, tanto de tus pies, tobillos y rodillas.


· Mejora la circulación debido a que el retorno venoso de las extremidades inferiores se ve favorecido por la dinámica muscular del pie que junto con los músculos de la pierna (gemelos y sóleo) actúan como bomba venosa. A mayor distancia del corazón, menor es la presión venosa, y eso junto con la gravedad favorece el estancamiento de la sangre en zonas tobillos y pies.


· Serás más consciente de cómo distribuyes el peso del cuerpo sobre los pies, para de esa manera crear una postura más fuerte y estable. Una mala alineación de los pies puede conllevar una mala alineación de tu cuerpo. Sentirás un mayor agarre. Practicar descalzo te proporcionará mucha más seguridad, estabilidad y agarre sobre la esterilla.


Ponte calcetines si:


· Tienes lesiones en los pies (psoriasis, pies agrietados, o heridas que se puedan enganchar).


· Sudoración excesiva.


Pero para poder practicar descalzos con seguridad es necesario hacerlo en una buena esterilla o mat, y a ser posible en la tuya propia, ya que es mucho más higiénico que compartir esterilla. Esterillas hay muchas en el mercado, pero no todas sirven para practicar yoga, ni para practicar todos los estilos de yoga.


Hay diferentes aspectos importantes a tener en cuenta a la hora de escoger una esterilla, pero los más importantes a tener en cuenta son la tracción y el grosor.


Practicar en una esterilla que resbale no te permite permanecer estable en la postura, ni física ni mentalmente, si estás pendiente de deslizarte acabas perdiendo la concentración. Que una esterilla resbale puede ocasionar caídas o lesiones. Por eso es importante probar la esterilla antes de comprarla, que te digan que es antideslizante no te asegura que tú no patines en ella, que te suden los pies o las manos condiciona el tipo de material que necesitas. Existen diferentes texturas y es importante asegúrate que no vas resbalar y te vas a sentir seguro durante la práctica.


En el mercado puedes encontrar diferentes grosores, y la elección va a depender un poco del gusto o necesidad de cada practicante. Lo que sí es aconsejable es que no excedan de 6 mm, ya que se pierde estabilidad. Las hay desde 2 a 6 mm, cuanto más fina más estable, pero en posturas de suelo a veces es necesario algo más de grosor si sientes molestias en rodillas o codos con el contacto con el suelo.

Hay que tener en cuenta también si vas a trasladar la esterilla de un sitio a otro para elegir un modelo que no pese demasiado. El peso dependerá del material y del grosor de la esterilla.


Respira y siente como tus pulmones se llenan de aire.

Camina descalzo, siente el suelo bajo tus pies y su temperatura.

Siente el silencio que te hace reflexionar.



Namasté


Sonia Rodrigo



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